jueves, 6 de agosto de 2009
Hoy se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Junín
El regimiento libertador
Los gloriosos húsares del Perú
Seguirle el paso a un húsar no es tarea fácil. Su jornada empieza con el toque de diana, a las 5:30 de la mañana, que lo levanta para un frugal y rápido desayuno. De ahí, a cumplir la tarea de todos los días: montar a caballo. Además, deben practicar las marchas militares que interpretan y atender a sus camaradas de trabajo y faenas: los 140 caballos de este histórico regimiento.
Se trata de un trabajo que tiene como resultado una amalgama de hombre y animal casi perfecta. Los húsares son verdaderos centauros que forman la única banda de música sinfónica montada del mundo.
A las diez, llega la hora de cambiar el uniforme de faena por el dormán (saco) con alamares (cordones) color rojo y pantalón azul. El primero lleva 33 botones que recuerdan las 33 victorias de Napoleón, rematado con dos cordones que, según la misma tradición, el pequeño corso impuso a sus generales para recordarles que podían utilizarlos para ahorcarse si perdían una batalla. El azul de sus pantalones es el mismo de sus pares argentinos, recuerdo del obsequio que estos hicieron en 1921 por el Centenario de la Independencia al Ejército Peruano: arreos, caballos y lanzas. Una vez listos, a Palacio de Gobierno.
Son las ceremonias protocolares las que ocupan casi todo el tiempo de un húsar, en especial el tradicional cambio de guardia al mediodía, uno de los tres de su tipo en el mundo. Un honor que les es conferido por ser escoltas del presidente de la República.
Tras el cambio de guardia, a la 1:30, viene el rancho en camaradería, ya no tan frugal. Después de todo, les esperan más ceremonias, ejercicios y marchas.
Por eso, no es extraño que para estos soldados de caballería, oficiales y tropa, solo exista un lema que resume su historia: “La patria se hizo a caballo”. Como hace 185 años en las gélidas pampas de Junín, cuya extraordinaria victoria aquella vez y luego en Ayacucho, les merecieron el título de Libertadores del Perú.
El toque de silencio a las diez de la noche, les indica que su jornada ha concluido. Mañana será otro día. Uno más en el Regimiento de Caballería Glorioso Húsares de Junín.
Fuente:
* Diario El Comercio.
Los gloriosos húsares del Perú
Seguirle el paso a un húsar no es tarea fácil. Su jornada empieza con el toque de diana, a las 5:30 de la mañana, que lo levanta para un frugal y rápido desayuno. De ahí, a cumplir la tarea de todos los días: montar a caballo. Además, deben practicar las marchas militares que interpretan y atender a sus camaradas de trabajo y faenas: los 140 caballos de este histórico regimiento.
Se trata de un trabajo que tiene como resultado una amalgama de hombre y animal casi perfecta. Los húsares son verdaderos centauros que forman la única banda de música sinfónica montada del mundo.
A las diez, llega la hora de cambiar el uniforme de faena por el dormán (saco) con alamares (cordones) color rojo y pantalón azul. El primero lleva 33 botones que recuerdan las 33 victorias de Napoleón, rematado con dos cordones que, según la misma tradición, el pequeño corso impuso a sus generales para recordarles que podían utilizarlos para ahorcarse si perdían una batalla. El azul de sus pantalones es el mismo de sus pares argentinos, recuerdo del obsequio que estos hicieron en 1921 por el Centenario de la Independencia al Ejército Peruano: arreos, caballos y lanzas. Una vez listos, a Palacio de Gobierno.
Son las ceremonias protocolares las que ocupan casi todo el tiempo de un húsar, en especial el tradicional cambio de guardia al mediodía, uno de los tres de su tipo en el mundo. Un honor que les es conferido por ser escoltas del presidente de la República.
Tras el cambio de guardia, a la 1:30, viene el rancho en camaradería, ya no tan frugal. Después de todo, les esperan más ceremonias, ejercicios y marchas.
Por eso, no es extraño que para estos soldados de caballería, oficiales y tropa, solo exista un lema que resume su historia: “La patria se hizo a caballo”. Como hace 185 años en las gélidas pampas de Junín, cuya extraordinaria victoria aquella vez y luego en Ayacucho, les merecieron el título de Libertadores del Perú.
El toque de silencio a las diez de la noche, les indica que su jornada ha concluido. Mañana será otro día. Uno más en el Regimiento de Caballería Glorioso Húsares de Junín.
Fuente:
* Diario El Comercio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario